Armar la activa y pasiva (bibliografía) de Reinaldo Arenas


56576228UA382_ArenasPor Yunier Riquenes García

Para nosotros los cubanos es difícil el acercamiento a la obra y figura de Reinaldo Arenas, pareciera que está condenado a ser entre nosotros, los de su patria, un mito, un comentario, un chisme, una alucinación.
Reinaldo Arenas figura en algunos planes de estudio de Letras, ya se permite, incluso, se aceptan tesis de diploma y maestría sobre su obra. ¿Pero cómo acceder a la información? Afortunadamente las nuevas tecnologías permiten romper algunas barreras, aunque con mucha dificultad para nosotros los cubanos.
Pocos ejemplares aparecen en las bibliotecas y muchas veces, solo la tarjeta de sus libros; por ejemplo, Celestino antes del alba, ha desaparecido de los anaqueles, y aclaro, no siempre por censores, podríamos decir que también ha encontrado manos seguras.
Según Internet, desde 2011 se pueden consultar parte de los manuscritos de Arenas, están a disposición del público en la Universidad de Princetown, en la ciudad estadounidense de New Jersey. También Celestino… se puede descargar gratis desde varios sitios digitales.
¿Pero cómo pueden llegar los investigadores literarios cubanos? No existe respuesta inmediata. Aun así poco investigadores se han dado a la tarea de comenzar a escribir retazos sobre la obra areniana, que ya tiene un ciclo de vida cerrado (1943 – 1990). Aparecerán textos y documentos, nadie lo dude, cartas, por ejemplo.
Sí es curioso cómo la obra de Arenas comienza a suscitar curiosidad entre los más jóvenes escritores cubanos, y no solo los más jóvenes. Comienza un periodo de completamiento, de atar cabos sueltos de la biografía y los textos literarios, a relacionar textos por períodos, ordenarlos por géneros.
Ya estamos en un tiempo donde no basta con haber leído la autobiografía Antes que anochezca, y haber disfrutado la versión cinematográfica protagonizada por Javier Bardem, y dirigida por Julián Schnabel; tampoco el agregado cinematográfico con el documental Seres extravagantes, donde refieren los créditos, el material es narrado por Reinaldo Arenas, dirigido por Manuel Zayas, producido por Antonio Hers, montaje de Antonio G. Escalonilla. Y aparecen varios entrevistados, familiares y amigos que destacan nuevamente parte de las facetas contadas en la autobiografía. Pero conocemos otros elementos revelados por Oneida Fuentes, la madre, por Ingrid González y José Antonio Arenas; los escritores Tomás Fernández Robaina y Antón Arrufat.
En 2008 la editorial Letras Cubanas publicó el tercer tomo de Historia de la literatura cubana, allí aparece en varias ocasiones el nombre de Reinaldo Arenas: como cuentista, como novelista, y como dramaturgo, no se recoge su faceta de poeta ni ensayista.
En el Apéndice, Panorama del ensayo y la crítica, preparado por Ivette Fuentes ella afirma: “En el caso de Reinaldo Arenas no se tienen noticias –salvo aislados abordamientos- de textos ensayísticos dentro de la Isla. Sobre el narrador y ensayista tenemos los libros La alucinación y los recursos literarios en las novelas de Reinaldo Arenas (1995), de Félix Lugo Nazario, y El desamparado humor de Reinaldo Arenas (1991), de Roberto Valero”.
De 2008 hasta la fecha han pasado ya cinco años y si revisamos, usamos las nuevas tecnologías, encontraremos más fuentes que podemos usar en nuestros estudios, bien es cierto que en Internet se publica, no olvidemos, cualquier cosa. Veamos por ejemplo, Wikipedia.
¿Cómo nos llegan los libros de Arenas y sobre él? Ya lo sabemos, como también conocemos su cláusula que deja claro sus intenciones de no publicar en Cuba mientras exista el sistema socialista.
Hay que destacar que en 2008, aparece su cuento El cometa Halley, en la selección de cuentos La ínsula fabulante, preparada por Alberto Garrandés, cuentos cubanos de 1959 hasta 2009 y luego, este mismo autor incluye breves trabajos sobre las novelas Celestino antes del alba y El mundo alucinante en su libro de ensayos El concierto de las fábulas, publicado también por la editorial Letras Cubanas en el 2008.
Ya va siendo tiempo que suceda lo mismo que aconteció con figuras como Lino Novás Calvo, Guillermo Cabrera Infante, Virgilio Piñera y Calvert Casey, por lo menos intencionar un volumen donde se ensaye sobre su obra y pueda servir de compendio para valorar su obra, y ubicarla en la literatura cubana, en su país. Este evento está apostando por eso.
Salvador Redonet Cook, en Una vez más sobre la situación actual de la información especializada para los críticos e investigadores literarios, publicado en La literatura cubana ante la crítica, Ediciones Unión 1990, afirmaba que “La información especializada no se lleva a cabo por la información misma, sino con el fin de poder (nos) explicar mejor las venturas, aventuras y desventuras de nuestra y (otras) literatura(s), para ser cada vez más lúcidos, más justos al analizar, interpretar y valorar los textos literarios, para tratar como diría Amado Alonso “que cada investigador parta del punto a que los anteriores habían llegado (…) (y evitar) que cada crítico genial o discreto –tenga que recomenzar”.
Lo cierto es que, a mi juicio, ya está abierto un nuevo ciclo de vida de Reinaldo Arenas, donde no es él el que fabula, transforma la realidad ni alucina. Ese futuro que mencionaba Tomás Fernández Robaina a Carlos Velazco en su entrevista (Tomás Fernández Robaina. Rei –surrección. Entrevista de Carlos Velazco, en Tiempo de escuchar, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2011, con Elizabeth Mirabal), ya está siendo. Va lento, pero está en proceso. Creo que existe curiosidad por el estilo, el contenido y la imaginación de Arenas. Arenas fue censurado, Arenas fue un escándalo, Arenas fue prohibido y eso genera ahora mayor curiosidad.

(Tomado de Claustrofobias)

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